miércoles, 5 de marzo de 2008

Buenos Aires. Entrevista. Aldo Fernandez Turitich

Entrevista realizada por Aldo Fernandez Turitich. Revista on line Otras Letras

Asfalto es la primera novela gay de la Argentina y Sudamérica. En 1954 fue censurada por ser “ofensiva al pudor”. Su autor, Renato Pellegrini, quien fue condenado a 13 años de presión en suspenso, nos cuenta su testimonio.


Otras Letras (OL): La novela Asfalto rompió, sin lugar a dudas, con el modelo de literatura tradicional, pomposo y clásico. De alguna forma ¿podemos visualizar la impronta de Roberto Arlt en Asfalto?

Renato Pellegrini (RP): Estoy de acuerdo porque considero a Roberto Arlt como uno de nuestros mejores escritores. En Montevideo, en una reunión con varios intelectuales tuve discrepancias muy fuertes por defender la literatura de Arlt, cuando muchos, por el contrario, defendían en esos tiempos la pluma de Jorge Luis Borges. En cierta manera, intento acercarme a un movimiento literario más comprometido con lo nuestro.

OL: Con respecto a Asfalto, ¿qué similitudes encontramos entre el protagonista (Eduardo) y Renato Pellegrini?

RP: Exactitud total, en muchos de los aspectos soy yo esencialmente. Yo me voy de Córdoba con el consentimiento de mi familia a los 17 años, si bien en la novela hay momentos y hechos ficticios, le comunico a mi familia que, en mi pueblo de Villa María, ya no podía vivir, me sentía muy ahogado. Luego, Asfalto describe mi llegada a Buenos Aires y mi rechazo a lo que sentía. Veía como Buenos Aires lanzaba sus tentáculos para atraer víctimas del interior.


OL: Entonces es bien autobiográfica…Eduardo es un adolescente sumamente conflictivo que, por un lado tiene ganas de disfrutar su sexualidad en libertad, es decir, el muchacho anhela tener sexo con hombres pero, por otro lado, aparece una mujer (Julia). ¿Constituye la figura de Julia un intento normalizador?

RP: Puede ser. La aparición de Julia no estaba preparada, ocurre que sufrí algunas influencias para atemperar la novela, finalmente resultó porque el juez al absolverme en las dos oportunidades en el juicio se basó precisamente en la aparición de este personaje femenino. Sin embargo, no tiene que ver con la bisexualidad, sucede que yo leí mucho a Proust y a Joyce y la Albertina de Proust era un muchacho. Yo tomé eso para crear a Julia cuando en realidad era un muchacho.

OL: ¿Qué le sucedió a Asfalto?

RP: La novela sale en agosto de 1964. Yo escribí Siranger en el año 1957, donde ya traté el tema de la homosexualidad, pero de manera disimulada. Yo tenía muchos amigos escritores homosexuales, pero nadie se animaba a escribir, entonces, así fue que un día decidí hacerlo yo. Hay que rememorarse a esa época donde todo se perseguía. Yo cuento eso en Asfalto, lo de las pesquisas, policías vestidos de civil que se llevaban preso a gente de “apariencia”....Una época que hoy es tomada por un alumno de la Universidad de Chicago para reflejar de alguna forma la homosexualidad en el Buenos Aires de los años 60.

OL: Con respecto a la época en que se publica Asfalto (gobierno de Onganía), la propuesta de los militares consistía en realizar una limpieza de la sociedad, higienizarla. ¿Tus ganas de escribir una novela provocativa como Asfalto eran para, de alguna manera, resistir al modelo del gobierno conservador?

RP: No, sólo sentí la necesidad de escribir, lo que ocurre es que yo trabajaba en Fabricación de Armas Militares, conocía muy bien a los militares. Nunca se enteraron porque, de lo contrario, me despedían. Después de Asfalto estaba escribiendo una novela que aún estoy terminando en el cual cuento el proceder de los militares y la corrupción. Escribí lo que sentía, sin pensar lo que pasó luego: el juicio y la sentencia de prisión en suspenso por 3 años.


OL: ¿Cuál fue el motivo de censura?

RP: En ese entonces se presentaban los libros en el correo central y éste los despachaba a los distintos pueblos de la Argentina que no tenían libreros. Unos amigos presentaron sus libros junto con el mío. A los 15 días sus libros fueron aceptados, mientras que el mío no. Decidí dejar pasar otros 15 días. Cuando pregunté que ocurría con Asfalto, uno de los asesores (Humberto Gayoso)- que era poeta- me dijo que “había problemas con mi libro”, aunque me aseguró que “lo iban a solucionar”. Mientras tanto, la Sociedad Argentina de Escritores me informa del problema y me ponen a disposición dos escritores abogados para mi defensa. Asfalto fue censurado por ser un libro obsceno. Por ir en contra de las “sanas costumbres”.


OL: ¿Cómo fue el proceso judicial?

RP: El juez Calvo me absuelve en dos oportunidades, a pesar de la insistencia del fiscal García Saraní y los asesores, que eran hombres de letras, lo cual me daba mucha más bronca. Pero luego la causa pasa al Tribunal en lo Criminal. En el juicio, uno de los jueces dijo que “Asfalto es una gran novela y un gran trabajo”, el otro juez sostuvo que “Asfalto era una porquería” y el último se abstuvo de informar sobre Asfalto, pero resolvió a favor de la censura. De esta forma, me dieron tres años de prisión en suspenso y su equivalencia a doce años de no tener problemas con la justicia para no cumplir la condena. Si bien nunca fui a la cárcel, durante los 12 años intenté viajar a Europa y no pude salir de la Argentina. Me fui a los 11 años gracias a un abogado. Decidí finalmente salir del país.

OL: ¿Quiénes te apoyaron en esos momentos díficiles?

RP: Marta Lynch, Marco Denevi y muchos otros. Me molestaba cuando supuestos poetas como Gayoso me condenaban.

OL: Después de tantos años... ¿Qué se te cruza por la cabeza?

RP: Mira…la verdad es que no tengo ningún resentimiento. Asfalto- luego de casi olvidarme de él, y gracias al apoyo de mucha gente- se volvió a editar en Argentina y en México. Este año será publicado en España. Al mismo tiempo, hay tratativas para la traducción al inglés, ya que las mejores críticas provienen de los Estados Unidos.

OL: ¿Por qué consideras que no tuviste la adecuada repercusión en la Argentina?

RP: Por bronca quizá, yo hablé con gente de la radio y la televisión y me ofrecieron difundirla, hasta el momento nadie contestó mis llamados ni tampoco hicieron nada de lo prometido. En los otros países me ponen la alfombra roja.

OL: ¿Cómo fueron los inicios de Ediciones Tirso, la primera editorial gay argentina?

RP: Cuando llegué a Buenos Aires conocí a varios autores, entre ellos estaba Abelardo Arias, quien me llama para hacer de Tirso la editorial. El me da la primera traducción que fue “Viaje al Congo” de Gide cuando yo estaba en la Alianza Francesa. Fue así que fundamos la editorial con Abelardo Arias. Entre los dos tradujimos novelas francesas, dentro de ellas las de Roger Peyrefitte, cuyo derecho lo tenía Sudamericana pero en aquel momento Sudamericana no se atrevía a publicar “Amistades particulares”, nosotros obtuvimos los derechos de esa novela que en el año 1958 estuvo prohibida en Buenos Aires. La editorial Tirso fue perseguida por tener una línea homosexual, ya que publicamos a Andre Gide, Carlos Cocholi, etc. Con “Amistades particulares” hicimos 4 ediciones en menos de un año y medio. Con “Las Cuevas del Vaticano” de Gide hicimos 3 ediciones.








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